El color blanco es visto como un símbolo de claridad y limpieza y claridad. Y siempre asociado con estados de paz y simplicidad.

El uso de este color en la decoración es una tendencia que nunca cambia de moda, pues es capaz de ampliar los espacios visualmente, añadir brillo y da una sensación de enorme pureza.

Además, tiene el poder de transmitir una sensación de frescura, armonía y equilibrio en cualquier espacio o situación donde haga acto de presencia.